La NSA reconoce que interceptan 250 millones de comunicaciones cada año.
Durante las últimas semanas se ha hablado mucho de la NSA y del supuesto espionaje electrónico que comete esta agencia del gobierno estadounidense casi por decreto, con la excusa de proteger los intereses y la seguridad del país. Sin embargo, ya en 2011 un juez que supervisaba lo que hacía este organismo dictaminó que esta metodología no cumplía las leyes y expresó su preocupación. Así queda reflejado en este documento que ha salido ahora a la luz pública.
Aunque muchos fragmentos de la sentencia aparecen censurados, en él figuran algunos detalles interesantes que nos ayudan a entender qué ha hecho la NSA durante los últimos años y qué alcance tiene si vigilancia en la red.
En concreto, ahora sabemos que en 2011 se calculaba que la NSA interceptaba 250 millones de comunicaciones cada año. Pero ¿qué se entiende como “comunicación”? Hay dos tipos: las comunicaciones simples y las comunicaciones múltiples. Aquí precisamente está una de las principales claves de toda esta polémica.
Según lo que se refleja en el documento desclasificado recientemente, el 91% de las comunicaciones interceptadas procede de servicios como Google, Yahoo o Microsoft a través de PRISM, el ya célebre programa de la NSA para adquisición de datos.
El 9% restante se recoge directamente desde los cables submarinos y de fibra óptica, aunque no dan muchos más detalles sobre estos métodos. Recordemos que el documento contiene grandes bloques de texto “en negro”, tapando supuesta información confidencial.
¿Qué son las comunicaciones “múltiples”?
Aunque la NSA no da muchos más detalles, The New York Times, tras hablar con fuentes cercanas a la agencia, nos da un ejemplo de lo que es una comunicación múltiple: si por ejemplo un usuario que está siendo vigilado entra a su correo electrónico y tiene X mensajes, contaría como una comunicación múltiple (ya que en realidad deberían ser X transacciones de información, pero por las características del webmail a la NSA le llega como una sola).
El problema de estas “comunicaciones múltiples” parece claro: de la que se vigila a un usuario se tiene acceso a muchos otros datos que no están relacionados. Si a esto le sumamos que, si encuentran a alguien sospechoso, pueden investigar a sus contactos con una profundidad de tres niveles, la información que obtienen al final es considerable.
Además, la NSA no puede “espiar” a los ciudadanos estadounidenses dentro del país sin una orden judicial específica, por lo que con estos métodos estaría incumpliendo la ley (algo que refleja dicho juez en el documento al que nos referimos).
¿Quién vigila a los vigilantes?
A destacar también que el juez se queja de que, hasta 2011, la NSA no había explicado que con su recolección de información podían estar almacenando otra que no era pertinente ni estaba relacionada con sus investigaciones, además de interceptar posibles comunicaciones domésticas (algo que, recordamos, está prohibido por ley en Estados Unidos).
Es decir, que los organismos que supuestamente controlan lo que hace esta agencia lo hacen en base a lo que la NSA les dice. No tienen otra forma de comprobar la información o realizar auditorías que respalden los datos.
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